Heurtel y el capitalismo caníbal

En un mundo en que importa más el enfrentamiento que los valores deportivos, humanos, salta la noticia de un equipo que deja en tierras lejanas a uno de sus miembros. A pesar de los tiempos pandémicos, de ese aire de cambio que se respiraba hace unos meses en la cultura, el deporte, el empleo… parece que nos es fácil olvidar.

Según informaban anoche diversos medios el equipo de baloncesto del Barça prohibió anoche subir a uno de sus jugadores, Heurtel, al avión tras un partido y lo dejó tirado en Estambul. Las fechas navideñas no ablandan a todos el corazón, o quizá, sean para algunos estos tiempos de demasiados partidos, demasiadas decisiones y, en definitiva, demasiado estrés lo que lleva a determinadas personas a tomar decisiones sin tener en cuenta consecuencias.

¿Con quién dices que has estado negociando? ¿Sabes lo que has costado al club? ¡Reflexiona chaval o ahí te quedas! – Imagino que palabras similares pronunció un entrenador, o manager,  responsable al fin y al cabo, a la puerta de una habitación de hotel respondiendo airado al jugador. Solo la ira o el engaño sostienen una reacción así. Ni la ira, ni el engaño, pueden permitir que un gerente tome esta decisión permitiendo que el avión despegue. El jugador supongamos absorto y en busca de ayuda, pudo haber llamado a su representante que con un “No te preocupes Thomas se los van a comer vivos” deslizó la noticia a un medio informativo. Sin duda, un acicate para que las negociaciones se fuercen y este se lleve su porcentaje por el traspaso.

En medio de estas dos fuerzas un joven se queda en su habitación de hotel a la espera de saber como va a volver a su casa mientras sabe que todos sus compañeros ya están en el avión. Este ejercicio de capitalismo caníbal; de por qué te vas con él y no conmigo; de celos tóxicos; de no te quiero jugando en mi equipo, pero miedo me da medirme ante ti en el contrario; solo es un reflejo de lo que ocurre en los despachos día a día. Una deshumanización del trabajador de campo en el que no se observa más que una cifra: un número que añadir a las estadísticas anuales, a los datos trimestrales o de temporada, al Excel de entradas y salidas. Numerología que justifica el empleo de varios hombres encorbatados en sus puestos, pero que no soporta la mirada de un observador externo con un mínimo de ética. Números que a su vez satisfacen y permiten que un jugador pueda estar tumbado en su habitación pagada de hotel mirando el televisor, mientras un operario de almacén escucha esto como titular en la sección deportiva de su noticiario.

Algo no ajusta en el engranaje, hemos perdido alguna rueda del reloj cuando noticias como esta salen a relucir. Las declaraciones vendrán después, y con tiempo serán anécdota, pero quizá sea momento de sacar otras reflexiones a la palestra.

@MarioEFdez

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Thomas Heurtel sentado mirando a cámara. Imagen de Francesc Adelantado